De P·E·S·C·A con la caña de mindfulness

En la adolescencia se potencia nuestra capacidad de proyectar, planificar y por tanto de despistarnos aún más con hipotéticos escenarios futuros. Mindfulness les ayuda a poder pescar en qué están, volver de manera amable al presente y refrescar así su capacidad de permanecer atentos y dar respuestas conscientes.

Uno está practicando un deporte, como la pesca o montar en bici, y de repente te das cuenta de que estabas mentalmente en otro lugar. Sea lo que fuera que estuvieras haciendo lo hacías en completo piloto automático. De la misma manera puedes estar físicamente presente en el aula, pero totalmente ausente a nivel de atención.

¿En qué está ahora mi mente?

El modelo PESCA te lleva a dar un paso atrás en la experiencia vivida para poder observar qué es lo que hay en ese momento en tu conciencia: ¿estás pensando en algo? ¿estás sintiendo alguna emoción? ¿qué sensaciones te llegan del cuerpo y a través de los sentidos?

Conexión y Acción

Distanciarte para observar lo que experimentas en tu conciencia te permite ampliar tu mirada para comprender como se conectan diferentes eventos internos y externos (#interconexión #conexionismo) Te conviertes en un investigador atento de tu realidad interna y externa. Te vuelves más capaz de entender la realidad, cómo te afecta y qué consecuencias tienen tus pensamientos, emociones, sensaciones y acciones. Algo más fácil de recordar con el acrónimo PESCA:

Pensamiento·Emoción·Sensación·Conexión·Acción.

Al detenerte a pescar en qué esta tu mente, creas una pausa de oro, en la que ganas un espacio para poder actuar de una manera correcta, consciente y acorde a tus propios valores.

Un buen educador es aquel que consigue pescar la atención y enseña a pescar en lugar de dar peces. Después de todo, un buen maestro siempre ha sido un pescador de almas.

#mindfulness #adolescentes